miércoles, 7 de noviembre de 2012

Respira



Una mano, blanca y fría. Respira. Oscuridad. Respira. Escucha el sonido de su respiración…Pisadas, oscuridad, respira…Una mano blanca y fría rodea su cuello, tocando su piel desnuda, recorre su silueta recreándose en cada parte de su cuerpo.

La mano se separa. Respira. Oscuridad. Frío…silencio. Se oye el sonido de una gota cayendo, señal de un grifo mal cerrado, resuena a lo lejos recreando el peor de los temores. Pisadas, oscuridad, crujido de la madera del suelo…la mano se acerca al cuello, lo envuelve. Presión…no hay aire…la mano se separa para quitar un mechón de pelo con infinita dulzura y dejar al descubierto su oreja…nota un aliento cálido en su cuello…susurros indescriptibles…Conversaciones sin significado resuenan en su cabeza.

La mano vuelve caprichosa al cuelo, lo oprime, marca cada uno de sus dedos…la respiración cesa y se convierte en un profundo sueño…desvanecimiento. Respira de golpe, despierta…todo ha sido un sueño.


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